La junta ya no tiene confianza en su capacidad para seguir liderando OpenAI
La junta directiva de OpenAI anunció el viernes la renuncia de Sam Altman como CEO, siendo reemplazado por Mira Murati, jefa de tecnología de la empresa.
La compañía explicó que llevó a cabo “un proceso deliberativo de revisión” y “concluyó que Altman no fue consistentemente franco en sus comunicaciones con la junta, obstaculizando su capacidad para ejercer sus responsabilidades”.
“La junta ya no tiene confianza en su capacidad para seguir liderando OpenAI”, afirmó el comunicado.
El consejo de OpenAI incluye al científico jefe Ilya Sutskever y a directores independientes como Adam D’Angelo, CEO de Quora; Tasha McCauley, empresaria tecnológica; y Helen Toner del Centro para Seguridad y Tecnología Emergente de Georgetown. OpenAI indica que la junta de su 501(c)(3) es la “máxima autoridad para todas las actividades de OpenAI”.
Asimismo, la junta informó que Greg Brockman, presidente de OpenAI, “dejará de ser presidente de la junta y permanecerá en su cargo en la empresa, reportando al CEO”.
OpenAI, que ha recaudado miles de millones de dólares de Microsoft y se posicionó en el primer lugar en la lista Disruptor 50 de CNBC este año, se hizo más conocida el año pasado tras el lanzamiento de su chatbot de IA, ChatGPT, al público. El servicio se volvió viral al permitir a los usuarios convertir texto simple en conversaciones creativas y ha impulsado a grandes empresas tecnológicas como Alphabet y Meta a aumentar sus inversiones en IA generativa.
Las acciones de Microsoft cayeron después del anuncio, cerrando el día con una caída del 1.7% a $369.84.
Un portavoz de Microsoft declaró que la compañía tiene “una asociación a largo plazo con OpenAI y Microsoft sigue comprometido con Mira y su equipo mientras llevamos esta próxima era de IA a nuestros clientes”.
OpenAI se lanzó como un modelo sin fines de lucro en 2015 con el respaldo del CEO de Tesla, Elon Musk, quien supuestamente destinó $1 mil millones al proyecto. Antes de asumir como CEO, Altman fue presidente del acelerador de startups Y Combinator y ganó reconocimiento en Silicon Valley como inversor en etapas tempranas. Al inicio de su carrera, fundó la empresa de redes sociales Loopt.
A medida que creció la popularidad de OpenAI este año junto con ChatGPT, también lo hizo el perfil de Altman. Se convirtió en una suerte de embajador, representando a la floreciente industria de la IA en todo el mundo.
En septiembre, Altman, de 38 años, recibió de Indonesia la llamada “Visa Dorada”, que le proporciona 10 años de varios beneficios de viaje con el objetivo de atraer más inversores extranjeros al país. Altman visitó varios países de Asia-Pacífico durante el verano, incluyendo Singapur, India, China, Corea del Sur y Japón, reuniéndose con líderes gubernamentales y dando discursos públicos sobre el avance de la IA y la necesidad de regulaciones.
El tecnólogo testificó frente al Senado de EE. UU. en mayo, instando a los legisladores a regular la IA, citando su potencial para tener un impacto negativo en el mercado laboral, el ecosistema informativo y otras preocupaciones sociales y económicas.